El otro día fui raptado por extraterrestres

Era una noche fría y tenía mucho sueño, los parpados me pesaban tanto que en cualquier momento podía caer dormido. Se oye un zumbido, pero no importa es un zumbido cualquiera y empiezo a dormir profundamente, mis sueños son vagos y empiezo a tener pesadillas y me despierto rápidamente. Mi cuarto es muy oscuro pero algo no anda bien el zumbido de hace rato se ha vuelto poderoso, es un zumbido grande pero no fuerte, me levanto y veo por la ventana a la calle y veo un panorama limpio y tranquilo, la ciudad duerme. Volteo al cielo y veo una gigantesca nave que es la que hace ese zumbido.

No supe que hacer en el instante, sólo corrí a mi cama y me cubrí con mis cobijas porque me dio miedo. De pronto una luz fosforecente iluminó absolutamente todo, lo primero que pensé es que iban a disparar un rayo destructor y acabarian con la ciudad en tan poco tiempo pero no sólo iluminó el panorama.
De pronto el zumbido desapareció por completo, lo más probable es que el platillo volador se haya marchado, pero lo interesante estaba por suceder.
Se empezaron a escuchar pasos en la azotea, no hay duda, estaban llegando. Algo pegó en mi ventana pero no la rompía hasta que vi que se estaba abriendo y sí, se abrió la ventana pero no entró nada.
Me cubrí con mis cobijas y por curiosidad asomé un ojo y lo primero que vi fueron 3 siluetas humanoides, más tarde me daría cuenta de que eran grises.

No sé cómo pero de un momento a otro ya no estaba en mi cama, estaba en algo parecido a una camilla de hospital y la luz no me permitía ni abrir los ojos. Vi a mi alrededor a muchos grises con trajes negros viéndome, les pedí piedad ya que he oído mucho de que a la gente abducida por extraterrestres los someten a cirugías dolorosas. Pero lo que me daba más temor era que no decían nada sólo me observaban y el festín de torturas comenzó.
Primero introducieron un tubo por mis fosas nasales el cuál succionaba de mi sangre y era bastante doloroso, después por el mismo conducto me introducieron una sustancia que yo sentí vizcosa mientras claramente sentí como me abrían el abdomen y sus manos extremadamente frías. El dolor era tal que no descartaba la idea de morir en ese mismo instante. Pero sólo vi como una máquina que descendía portaba una pequeña rueda estilo ''corta-pizza'' iba directo a mi ojo y de ahí ya no recuerdo nada. Al otro día amanecí con las cicatrizes que parecían de una verdadera cirugía pero más terroríficas. Los estudios del IMSS e ISSTE me detectaron cuatro metales de origen desconocido en el esofago y una roca lunar en un la parte posterior del cerebro, he notado que mis flemas han cobrado un color azul y mis gases intestinales suenan a una red conectándose a la web, pero estoy seguro que fui estudiado para una posible invasión.