sábado, 31 de octubre de 2015

Distrito Federal Bajo el Terror de los Zombis

La familia Pérez era la típica familia tradicionalista que disfrutaba tanto el Halloween como el Día de Muertos. Poco o nada les importaba que el Halloween es una tradición un tanto extranjera, ellos aman celebrar cualquier tradición.

Ramiro el padre, Julia la mamá y los pequeños Alan y Karla decidieron que debían poner la ofrenda desde la noche del 31 de octubre para que sus seres queridos fallecidos llegaran desde antes a degustar la ofrenda y vivir lo mejor posible el ambiente tan agradable de esta bonita época.

La familia colocó la tradicional ofrenda que va desde una pequeña olla de barro con mole, pan de muerto, una jarra de pulque para el abuelo, tortillas hechas en comal, frutas como mandarinas, tejocotes y los cacahuates con todo y cáscara por mencionar algunas cosas.


La ofrenda había quedado muy bonita pues la adornaron con el tradicional papel maché picado que formaba calaveras con sombreros y trenzas y algunas catrinas hechas de cartón y pintadas a mano, todo estaba perfecto para darles la bienvenida a los espíritus de sus muertos. Las demás áreas de la casa estaban adornadas con telarañas en el techo, máscaras rellenas de papel pegadas en la pared, criptas de unicel en los rincones, arañas de plástico y tiras de brujas y esqueletos en las paredes.

Los Pérez se reunieron en la sala para ver una película en familia y después irse a dormir pues era un fin de semana de puente el cual iban a aprovechar para visitar algún lugar de nuestro querido país. Dejaron las velas prendidas en la ofrenda y todos se fueron a la cama entusiasmados por el gran fin de semana que iban a tener.
La familia Pérez jamás imaginaba que esa misma noche sus seres queridos despertarían de ultratumba para hacerles vivir el horror absoluto.

La gente que suele quedarse toda la noche para celebrar a sus difuntos fueron las primeras en sentir el terror verdadero cuando sus seres queridos literalmente salieron de sus tumbas no para degustar las preciosas ofrendas, sino para devorar a sus propios vivos en carne propia...


En Mixquic se dio el primer reporte, el lugar era un verdadero caos y un hervidero de gritos y gente que corría despavorida presa del más horrible pánico que te puedas imaginar. Una señora tenía un craneo mordiéndole una oreja, un grupo de zombis le arrancaba las extremidades a un pobre anciano el cual después fue devorado. Pasó en todos los panteones, los muertos se levantaros pues su día estaba llegando y la noche era perfecta para su despertar.

Mientras tanto la familia Pérez dormía en la tranquilidad y comodidad que solamente la noche puede brindarte, cuando Ramiro y Julia escucharon golpeteos en la puerta de su casa, Ramiro bajó a abrir la puerta y cuál va siendo su sorpresa que al abrir la puerta ve a su padre parado frente a él con el cuerpo completamente en estado de descomposición y el rostro casi sin carne con gusanos en un ojo e inmediatamente lo ataca con un mordisco a la nariz.

Julia grita aterrada lo cual despierta a los niños que corren a para saber qué está pasando, la abuela Petra completamente desencarnada y la tía Anita que ya casi es un esqueleto entraron a la casa, algunos primos y parientes zombificados que no conocían también.

Julia se llevó a sus dos hijos de la mano a cada uno, la abuela Petra que era la que tenía un aspecto más mórbido tomó de los cabellos a la pequeña Karla que gritaba desesperadamente mientras su madre forcejeaba con la zombi, pero cuando llegaron los demás difuntos vivientes Julia no tuvo oportunidad contra ellos y en el forcejeo Karlita perdió la mitad de su cuerpo, los intestinos hirvientes cayeron en el suelo inmediatamente lo que hizo que muchos zombis se arrodillaran a saborear el banquete familiar.

Julia salió corriendo con Alan de la mano despavoridos, las calles del Distrito Federal eran un completo caos, se escuchaban disparos, había incendios en todos lados, un carro chocó contra un poste lo que provocó su caída y un señor que iba corriendo se electrocutó con los cables de la luz. Sonaban patrullas y el cuerpo de policías caía ante hordas enteras de zombis hambrientos. Por no decir que el fétido olor de los muertos cubría en su totalidad todas las calles de la ciudad, no había escapatoria.

Julia y Alan se refugiaron en la iglesia de su colonia, ahí habían otras personas que lloraban preocupadas y la mayoría estaba en pijama y cubiertos con cobijas completamente confundidos por lo que acontecía. El padre ayudaba a una anciana que había sido mordida en el cuello, algunas personas ayudaban a vendar la herida y desinfectarla.

Un hombre presa del estrés y el shock comenzó a gritar que asesinaran a la anciana cuanto antes pues él era fanático de las películas de zombis y sabía completamente que cualquiera que era mordido se convertía inmediatamene en zombi y por ende en un peligro. Algunos más inexpertos se oponían y discutían, el hombre tomó la figura de un santo y ataco a sus opositores, Julia abrazó a su hijo con fuerza mientras lloraba de la impresión.

Un cholo sacó una pistóla y le disparó en la cara al hombre enfurecido, el padre Alberto enfurecido gritó que estaban en la casa de Dios y que la humanidad estaba sufriendo el castigo de nuestro santo padre que nos culpaba de pecados como la lujuria, la avaricia, tomarse selfies y drogarse.

Un ancianito en silla de ruedas dijo - Un momento, ¿Qué esta iglesia no era un panteón hace más de 100 años? - todos se voltean a ver en silencio cuando manos de esqueletos salen del piso, el cholo dispara todas las balas pero las manos son demasiadas que toman al cholo y lo hunden perdiéndose entre la tierra y mares de esqueletos. Julia sale de la iglesia y hay millones de zombis afuera esperando, lo último que Julia ve es como los zombis le arrancan la cabeza a Alan y un millón de caras podridas la mastican a ella.


El día de muertos llegó y todo México estaba invadido por zombis y calaveras vivientes que bailaban porque su día ha llegado, ese 2 de noviembre no será recordado porque no hay ya nadie que pueda hacerlo, solamente habrá ofrendas de piel, sangre y órganos.

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